La vida pasa, pasa y me sorprende, -una vez más- pasa por mi sangre, corre por mis venas y me agota. Un dolor en el medio del alma, que comienza subiendo por los dedos de los pies y llega hasta donde no sé, sólo sé que cada vez duele más, y es un dolor nuevo. Pero es dulce, es la realidad, es el des-amor a la hora del té.
Es también amar lo nuevo, lo desconocido, lo que va más allá de esta vida vacía de sentido.
Sigue doliendo, y temo que empezó a doler cuando llegaste con esa flor azul, o cuando te soñé aquella noche, mientras dormías a mi lado. Temo que a partir de ahora aparezcas siempre por mi otro mundo, y me recuerdes de esta vida que no vivo. O que vivo cuando puedo, cuando me dejan, cuando me lo permito.
Quizás te alcance en tu vuelo, quizás te encuentre en algún cielo. Pero no me olvides.
Si hay dolor es porque siente. Y si siente, incluso a través del dolor, significa que está viva y le corre sangre por las venas.
ResponderEliminarBrindo por eso.
delicioso texto...
ResponderEliminarbesos*